sábado, 4 de enero de 2014

VERTE, Y OTRAS FORMAS DE CORRERME



Ayer te vi, como casi todos los días, 
y como casi todos los días,
me corrí,
me corrí al verte.

Y así, 
mirándote, 
sentí esas mariposas de las que tanto hablan los que se creen enamorados.

No sé, 
he debido de tragarme muchos capullos antes de conocerte, 
porque yo las sentí pellizcándome el estómago.

Me diste dos besos, como casi todos los días; y yo, como casi todos los días,
me corrí.

Te vi, 
y vi regueros de envidia recorriendo la puerta de aquel bar.
Te vi haciendo competencia a cualquiera con tu sonrisa. Y tu culo,
cuantas incomodidades me provoca tu culo.

(...te vi bailar, te vi fumar, te vi reír, te vi besar), te vi. Y no sabes como sufre mi labio al verte.

Que te veo, 
y mi retina ya no sabe redirigirse a otro lugar que no sea tu pelo.

Te veo, hasta que te vas,
y claro,
ya no te veo;
pero te invento,                                                                       y no veas como te invento.

Que te veo, 
y veo como ruborizas las baldosas con tus puntas,
y como bailas los miedos.

Que te veo luchar por ti, y por todo en lo que creo.

Veo tus dedos, 
tus dedos deshaciendo enredos, y luchando,
..¿he dicho ya lo de luchando?

Y es que tu boca derrama revolución,                                     y la creas con tus manos.


Que te veo
movilizando al mundo con tu movimiento,
y no el de caderas,                     que en ese, ya somos expertos.

Y también te veo intentar cambiar esta mierda en la que ya no mandan lo besos.

Y yo,
ya no creo en ninguna revolución que no pase por tu cuerpo.

Que te veo,
y veo como te miran,
porque no solo yo te veo.

Y así pasan los días, 
corriéndome al verte,
mientras tú..,
tú no te corres conmigo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario