viernes, 14 de noviembre de 2014

Amor Policrotico


¿De verdad, todo esto para nada?

Me empujaste, sin darte cuenta, 
a que quisiera estallar mi verdad contra el mundo, 
y que nadie se salvara 
(porque en mi "bunker" solo entrabas tú.)

Me desafiaste a aprender a querer, 
aunque luego tú me dejaste sin permiso para llevarlo a la práctica.

Despertaste a mis viejos fantasmas,
pero esta vez venían vestidos de colores:

El rojo de las señales de stop de nuestro camino.
El verde de la hierbabuena de sus risas.
El violeta de la libertad de besarte en casa esquina.
El azul de mis ojos.
El marrón de los tuyos.
El gris de nuestro presente.
Y el rosa, 
si el rosa, 
de nuestro futuro.


Estabilicé mi vértigo para estar a tu altura, 
y me mediqué para no marearme en tus curvas.

Estaba lista para subirme contigo a ese tren, 
pero resultó que no existía.

Ni tren, 
ni tan siquiera una vía. 
Y hasta la estación era un efímero decorado 
(que tú creaste).


Y es que la sed crea espejismos.

Y ahora solo me queda darte las gracias.

Gracias por los días que has estado sin estar,
por dejarme a medias antes de llegar.

Gracias por no hacerlo,
por no atreverte. 
Gracias por no ser.


Y claro, 

claro que puedo escribir los versos más tristes esta noche; 
pero no lo haré,
porque siempre,
detrás de un punto y final,


 hay una barra parpadeante esperando a que sigas escribiendo.


sábado, 11 de enero de 2014

MIEDO


El miedo es la perturbación angustiosa del ánimo por un daño real, o imaginario.

Pero para mí,
para mi ahora, mi miedo eres tú, el tuyo;

tu miedo a volar, a despegar los pies del suelo, pero a hacerlo conmigo.

A compartir alas, y desayunos, y almohadas, y humo...     a compartirnos.

(Tu miedo a no saber si realmente es miedo.)
Y es que, reconozco tu miedo, por eso recreo el mio, y lo saco a bailar,
pero esta vez, contigo.
Tú haz lo mismo, y sácalo a bailar con el mio,
que bailen juntos, mientras nosotros disfrutamos de esto.

Esto, que sabes tan bien como yo, que no lo podemos evitar, que nos tenemos que dejar llevar.

Es que me acojona pensar que todo esto se quede en nada 
por tu miedo, 
por el mio,
por el nuestro. (Por favor, no dejes que todo esto se quede en nada..)

¡Hazlo!, atrévete a quererme.

Atrévete a cortar las cuerdas de la marioneta que todos somos,
de la vida que nos dijeron, -o más bien, impusieron-, que teníamos que vivir.

Sal de ahí,
que yo prometo impregnarte en aceite para que nada te haga daño,..
ni incluso yo.


Y es que, tengo tantas ganas como miedo, 
de abrazarte a oscuras;
de tirar, millas y millas, con tu culo cosido a mi costado;
de volverme adicta a todos los vicios que provocas,
a todas las aceras que todavía no hemos pisado,
a todos los besos que aún no nos hemos dado;

de drogarme con tu pelo,
y viciarme a tus cosenos;

de salir de este caparazón en el que ya no quepo;

deesperarte, defollarte, deherirte, debesarte, deganarte, dejoderte, decomenzarte, dequererte,
joder,
de quererte.

Pero te juro que lo domesticaré,
lo haré.

Y tú, haz lo mismo,

suma ganas, y resta miedos,
que yo, dividiré (tus) daños y multiplicaré (nuestros) momentos.

Ven,
que quiero demostrarte que este miedo es un daño imaginario.

Pero sin prisa, ¿vale?...

que yo te espero.

sábado, 4 de enero de 2014

VERTE, Y OTRAS FORMAS DE CORRERME



Ayer te vi, como casi todos los días, 
y como casi todos los días,
me corrí,
me corrí al verte.

Y así, 
mirándote, 
sentí esas mariposas de las que tanto hablan los que se creen enamorados.

No sé, 
he debido de tragarme muchos capullos antes de conocerte, 
porque yo las sentí pellizcándome el estómago.

Me diste dos besos, como casi todos los días; y yo, como casi todos los días,
me corrí.

Te vi, 
y vi regueros de envidia recorriendo la puerta de aquel bar.
Te vi haciendo competencia a cualquiera con tu sonrisa. Y tu culo,
cuantas incomodidades me provoca tu culo.

(...te vi bailar, te vi fumar, te vi reír, te vi besar), te vi. Y no sabes como sufre mi labio al verte.

Que te veo, 
y mi retina ya no sabe redirigirse a otro lugar que no sea tu pelo.

Te veo, hasta que te vas,
y claro,
ya no te veo;
pero te invento,                                                                       y no veas como te invento.

Que te veo, 
y veo como ruborizas las baldosas con tus puntas,
y como bailas los miedos.

Que te veo luchar por ti, y por todo en lo que creo.

Veo tus dedos, 
tus dedos deshaciendo enredos, y luchando,
..¿he dicho ya lo de luchando?

Y es que tu boca derrama revolución,                                     y la creas con tus manos.


Que te veo
movilizando al mundo con tu movimiento,
y no el de caderas,                     que en ese, ya somos expertos.

Y también te veo intentar cambiar esta mierda en la que ya no mandan lo besos.

Y yo,
ya no creo en ninguna revolución que no pase por tu cuerpo.

Que te veo,
y veo como te miran,
porque no solo yo te veo.

Y así pasan los días, 
corriéndome al verte,
mientras tú..,
tú no te corres conmigo.